NUESTROS ANCESTROS EN LA ESPAÑA DEL SIGLO DE ORO
Iglesia de Santiago Apóstol, Santa Cruz de la Zarza.
En su interior reposan los restos de algunos de nuestros antepasados.
En su interior reposan los restos de algunos de nuestros antepasados.
En España, desde los primeros tiempos de la Reconquista, era prerrogativa Real, que en la repoblación de los nuevos territorios, los caballeros más esforzados recibieran dominios y señoríos como recompensa a victoriosos hechos de armas. Esta tradición dio lugar entre otros a la fundación de mayorazgos, vínculos y el establecimiento de casas solariegas.
Uno de estos solares, perteneciente a una estirpe del linaje de los «De Torres», tuvo su cuna en la antigua villa de Santa Cruz de la Zarza (actual provincia de Toledo).
Su genealogía hunde sus raíces en el siglo XVI, y es nuestra intención exponerla aquí centrándonos en dos de sus líneas, una que con el tiempo se trasladó a la Villa y Corte de Madrid, y otra que pasó al Reino de Valencia.
Señala D. Faustino Menéndez-Pidal de Navascués en uno de sus trabajos que, de este linaje, encontramos una primera línea en Castilla la Nueva, en el territorio de la actual provincia de Guadalajara, que son descendientes de D. Ruy Sanz de Torres [1], que tuvo su solar en el valle de Utande y cuyo linaje se extendió, además, por Marchamalo, Molina de Aragón, Guadalajara, Jadraque, Cabanillas del Campo, Sigüenza, Mandayona, Pastrana y Mondéjar.
Una segunda línea parte de la ciudad de Huete (Cuenca), de donde descendieron, los Torres de Uclés y Fuente de Pedro Naharro. También hallamos este linaje en Santa Cruz de la Zarza, Horcajo de Santiago, así como en Corral de Almaguer, Tembleque y Lillo en la provincia de Toledo.
Como ya hemos indicado anteriormente, este linaje estableció su casa solar en la villa toledana de Santa Cruz de la Zarza. La dependencia jurisdiccional de esta población respecto del Priorato de Uclés, le proporcionó siempre una singular posición en dicho territorio. Razón por la cual, aportaremos unos breves antecedentes de interés sobre su historia.
1. Santa Cruz de la Zarza entre la Reconquista y el Siglo de Oro.
Cuentan las crónicas, que cuando todo el territorio de esta villa, quedó definitivamente en el lado cristiano tras la reconquista de Uclés en 1157. D. Pedro Fernández de Fuenteencalada, primer Maestre de la restaurada Orden de Santiago, avanzó desde el río Tajo a la cumbre más alta, entre los lugares de Aurelia y Alharilla, y fijó allí el estandarte de la Santa Cruz.
A partir de este momento, y probablemente entre los años 1174 y 1182, se confirma la cesión de Santa Cruz a la Orden de Santiago. En el año 1253, su Gran Maestre, Don Pelayo Pérez Correa le concedió fuero, hecho que le confirió un extensísimo término.
Era intención del Priorato de Uclés el crear allí un gran núcleo de población. Se reordenó su territorio y se le otorgaron numerosos beneficios y favores, que quedaron registrados en su «Libro de Privilegios».
Durante la Baja Edad Media, la villa fue perdiendo paulatinamente su inicial carácter de población fronteriza, se amuralló el recinto urbano, y a su vez, comenzaron a elevarse las fábricas de diversos edificios civiles y religiosos (como el Palacio de la Encomienda y las iglesias de Santiago y San Miguel).
En el siglo XVI, la población de Santa Cruz experimentó un desarrollo notable. A ello contribuyó la designación en 1561 de Madrid, como capital permanente de la Monarquía. De los doscientos cuarenta vecinos censados en 1508 se pasa a trescientos cincuenta en 1525, y para 1576, época de las Relaciones de Felipe II, se refiere que:
«... Es pueblo de hasta mil vecinos y de veinte años a esta parte se ha aumentado en quinientos...».
En dicho documento se declara, además, que la villa cuenta con más de veinte casas de Ejecutoria: las de los Manrique de Lara, Haro, Chacón, Cano, Martínez-Hidalgo, Fominaya, Sánchez de Soria, Velasco, Beteta, etc.
Finalmente, ya en el siguiente siglo, en la obra de Rodrigo Méndez Silva, «Población General de España», publicada en 1675; se la describe como:
«...Villa de la Orden de Santiago, distante de Uclés cinco leguas,... esta puesta en alto sitio, fértil en vino, olorosas semillas… con mil seiscientos vecinos y dos parroquias... [Santiago y San Miguel]».
2. Las primeras referencias al linaje.
En el año 1540 en la «Matrícula de los Parroquianos de la Iglesia de Santiago de Santa Cruz de la Zarza hecha por su Vicario Juan Cano» (AHN-OM-Caja96-nº7) ya se cita a dos miembros de esta familia: Juan de Torres y García de Torres, ambos casados en dicha fecha.
También sabemos que a finales del año 1574, por mandato del juez de Su Majestad, don Garci Páez de Sotomayor, se intentó reorganizar en Santa Cruz, el registro de las tierras de realengo anteriormente efectuado por el juez don Diego de Carvajal. (Documento del Archivo Gral. de Simancas, fechado en 28 de diciembre de 1574).
Por dicha orden, se determinó que todas las ventas realizadas en la villa, en los diez años anteriores a la fecha del documento, quedaran anotadas y formalmente registradas.
En dicho original (legajo compuesto por unos 285 folios manuscritos por ambas caras, con las manifestaciones de alrededor de 715 vecinos de Santa Cruz, más de las dos terceras partes de su vecindario, tanto del estado noble, como del pueblo llano) se manifiesta, el día 29 de enero de 1575 ante el escribano público, el registro de dos propiedades:
- Una en litigio, pertenecientes a María García, natural de Santa Cruz de la Zarza, legítima mujer de Pedro de Torres. En la centuria siguiente, hay más testimonios de la permanencia de este linaje en Santa Cruz [2].
- De la misma María García [4] y con fecha de 28 de octubre del año 1603, obra su Testamento. En él, perpetúa la memoria de su marido, Pedro de Torres, ya difunto, y nombra herederos a sus tres hijos: María, Pedro (que en 1604, reside en la casa solar, sita en la colación de Santiago) y Miguel de Torres, por este orden.
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[1] Cuenta el Bachiller Alonso Núñez de Castro que la reina Doña Catalina, mujer de Enrique III, dio a Ruy Sanz de Torres las villas de Hontanares, Villanueva, Cogollor y otras heredades en el valle de Utande (Guadalajara). En el siglo XVIII los Torres poseían allí los señoríos de Urés de Pozancos y Val de Almendras, con el patronato de la capilla de Santiago en la catedral de Sigüenza. Desde Utande se extendió el linaje a otros lugares de la provincia: Marchamalo, Molina de Aragón, Guadalajara, Jadraque, Cabanillas del Campo, Sigüenza, Mandayona, Pastrana y Mondéjar. Francisco de Torres, regidor perpétuo de Guadalajara, escribió en el siglo XVII una historia de esta ciudad, y varios miembros de este linaje ingresaron como caballeros en las órdenes militares de Santiago y Calatrava en los siglos XVII y XVIII.
Es posible que procedan del mismo tronco las familias de este apellido que se hallan en Torrelaguna, Santorcaz y Loeches (Madrid), en los siglos XVII y XVIII. De Huete (Cuenca) procedieron los Torres de Uclés y Fuente de Pedro Naharro. En la misma provincia también se halla el apellido en Horcajo de Santiago. En Uclés nació Don Tomás de Torres y Moya, que ingresó como caballero en la orden militar de Santiago en el año 1756. En Tembleque y Lillo (Toledo) existían también familias de este apellido. Por último, en la provincia de Ciudad Real, se halla el apellido De Torres en el siglo XVI, en Argamasilla de Calatrava y en el XVIII, en Puertollano. (Literal del artículo de D. Faustino Menéndez Pidal de Navascués, Académico de Número de la Real Academia de la Historia).
[2] También se halló un expediente de comienzos del siglo XVII. Un pleito (años 1634 a 1640, A.H.N, nº 21.713) de Quiteria de Torres, hija de Julián de Torres y María Jiménez, contra Francisco de Parla, todos ellos santacruceros. Contiene un dictamen del Consejo de Ordenes así como firmas autógrafas en la ratificación, de entre otros, el futuro plenipotenciario de Felipe IV en la Paz de Westfalia, don Gaspar de Bracamonte y Guzmán, Conde de Peñaranda, miembro por entonces de dicha Institución.
[3] A.H.N. Sig.: OM-SAN JUAN DE JERUSALÉN, EXP. 25.685, Expediente de pruebas de ingreso como religioso en la orden de San Juan de Jerusalén de Miguel Pabón, natural de Santa Cruz de la Zarza, Prior de San Gil de Huete.
[4] A.H.P. de Toledo, P.10.384, Folios 281 a 281, (Testamento).